Su comportamiento y grabación no han pasado desapercibidos para las autoridades, pero parece poco probable que se presenten cargos formales contra él porque todo indica que no necesitaba permisos para rodar de la manera en que lo estaba haciendo.
Ciudad de México, 3 de agosto (LaOpinión).- El rapero Tekashi 6ix9ine ha concluido el período de arresto domiciliario en que permanecía desde el pasado mes de abril y no ha perdido el tiempo a la hora de celebrarlo por todo lo alto. Este mismo domingo ha sido visto paseando por Manhattan acompañado de sus amigos y rodeado de un dispositivo de seguridad, y accedió incluso a sacarse selfies con varios de los fans que se le acercaron.
Sin embargo, el verdadero objetivo de su salida era grabar el videoclip de un nuevo sencillo, que se ha estrenado este mismo lunes con el título "PUNANI".
Irónicamente, este proyecto podría acarrearle problemas con la justicia, ya que en varias escenas aparece subido al capó de un coche en marcha, sacando medio cuerpo por la ventanilla o haciendo derrapes de forma temeraria. Según han confirmado fuentes de la policía al portal TMZ, su comportamiento no ha pasado desapercibido para las autoridades, pero parece poco probable que se presenten cargos formales contra él porque todo indica que no necesitaba permisos para rodar de la manera en que lo estaba haciendo.
Por otra parte, resulta sorprendente que Tekashi 6ix9ine, cuyo verdadero nombre es Daniel Hernández, se presente con tanta tranquilidad en público, por mucho que lo haga rodeado de guardaespaldas. La creencia generalizada era que ingresaría en el programa de protección de testigos tras testificar contra varios de sus antiguos compañeros de la banda Nine Trey Bloods para evitar una sentencia de hasta 47 años de cárcel por una serie de cargos que incluían afiliación con el crimen organizado, posesión de armas de fuego, asalto con un arma peligrosa y conspiración para cometer un asesinato.
Sin embargo, él decidió no hacerlo y prefirió trasladarse a una casa segura después de ser puesto en libertad de forma prematura a raíz de ese acuerdo y por la actual crisis del coronavirus, para pasar ahí los siguientes cuatro meses siendo monitorizado en todo momento a través de un brazalete en el tobillo del que ya se ha librado, de acuerdo a las declaraciones que ha realizado este fin de semana su abogado. Por el momento, le quedan otros cinco años de libertad vigilada como parte de la condena que recibió.